jueves, 29 de octubre de 2009

Banani: Primaria y Secundaria

Aunque, tal y como dije en la entrada anterior, la Escuela Banani se deja guiar por los Escritos bahá'ís, me parece muy importante resaltar que las chicas en su plena mayoría no son bahá'ís. Son chicas que vienen de familias bien acomodadas, tienen sus teléfonos móviles y sus iPods (aunque no los pueden usar mientras estan aquí), y debo decir que pocas saben valorar el privilegio que tienen de estar en una Escuela como Banani (de hecho es un internado) bella por fuera y por dentro.
Pagan una suma elevada de dinero cada trimestre, y ese dinero se invierte sólo en gastos internos de la Escuela: salario de más de 50 empleados (limpieza, jardineros, mecánicos, transporte escolar, carpinteros, electricistas... etc), mantenimiento de los jardines, y todos los gastos que conlleva conservar una escuela como ésta. Además, Banani acepta una media anual de 20 alumnas a las que se les paga todo (estancia, material escolar, uniforme, e incluso la universidad a la que accederán posteriormente).
Su nombre completo es, de hecho, Banani International School, con lo cual aceptan alumnas de fuera del país (hay alguna de Botswana, Tanzania o Sudáfrica).
Sin embargo, Primaria es otro mundo.
La Escuela Primaria de Banani cuenta tanto con alumnas como con alumnos. El 90% son hijos e hijas de los empleados que trabajan en Banani (y que poco tienen que pagar por la educación de sus hijos), y vienen de familias muy muy justas económicamente. Fácilmente ves uniformes sucios, chaquetas sin botones, nenes que acuden a clase con no más que un lápiz, y mochilas de quinta o sexta mano. Son niños adorables, con sólo verte venir se abalanzan sobre ti, te sonríen, te dicen que te han echado de menos... Son alegres, cantan a todas horas, se entretienen y ríen con cualquier cosa, valoran cualquier gesto tuyo. Sólo con mirarles te sonríen de vuelta con la mirada. En el patio juegan con todo: palos, piedras, arena.
Uno de estos niños es el hijo de la matrona. Tiene 5 años y cuando termina el colegio viene a casa y casi siempre está solito. La casa de la matrona se encuentra entre el Junior Dorm y el Senior Dorm. El otro día, saliendo de mi Dorm, me llamó:
- ¡Aida!
- ¡Yens! ¿Qué haces?
- Jugar
- Jugar? ¿A qué juegas?
- ¡A un juego! (inocentes...)
- ¿Qué juego?
- ¡A trepar por este muro, mira!
Trepó el muro de su casa, y se sentó encima todo triunfante! Éso es a lo que me refiero... a jugar en el sentido más puro de la palabra.

1 comentario:

  1. Hola Aida: me parece muy prometedora la narrativa que utilizas en tu blog. Además de enriquecernos con el fondo de tus experiencias en la escuela, nos deleitas con una escritura ágil, dinámica y sentida. Algo escaso entre los inetrnautas de hoy en día que suelen utilizar un lenguaje menos trabajado y profundo. Estoy segura de que serás además de una buena traductora, una buena narradora.
    Por otra parte me parece maravilloso que estés realizando este servicio. Es una forma increíble de ayudar a un continente que tiene todavía tantas cosas que decirle al mundo. Y lo que explocas sobre la clase de primaria, sencillamente enternecedor. Espero que toda esa maravillosa experiencia que estás acumulando la puedas traer aqui para que así todos nos podamos beneficiar.
    Un beso muy fuerte
    Tareixa

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