miércoles, 4 de noviembre de 2009

Convención Regional

Este domingo pasado día 1 de noviembre asistimos a la Convención Regional bahá'í.
Para explicarlo brevemente, en la Fe bahá'í no existe el clero, pero sí que se organiza mediante lo que llamamos la "administración bahá'í". Así, los bahá'ís cuentan con Asambleas Espirituales Locales, Nacionales, y la Casa Universal de Justicia. Las dos primeras se votan cada año, y la CUJ, cada 5.
Pues bien, cada año se organizan Convenciones Regionales, donde todos los bahá'ís (por regiones) votan por cierto número de delegados que luego, a finales de abril, asisten a la Convención Nacional para votar por los miembros de la Asamblea Nacional. Los bahá'ís elegibles, tanto para ser delegados, como para ser miembros de las Asambleas, son todos los bahá'ís mayores de 21 años, sin candidaturas, ni campañas de ningún tipo. El ser elegido no significa haber ganado nada, ni tener un cargo más o menos importante, ni ser mayor o menor que nadie, si no simplemente que tu papel para servir a los que te rodean es algo diferente a lo que era antes, y por lo tanto es algo que se acepta con humildad y espíritu de servicio.
Pues bien, yendo al grano, la Convención Regional a la que asistí incluía Chibombo (donde se encuentra Banani) y Kabwe.
Me pareció increíble ver el concepto de "unidad en diversidad" en práctica. A pesar de ser una Convención en Zambia... podía ver como esencialmente seguía siendo la misma que la que se hacía en Barcelona.
Las partes en las que se divide cualquier Convención bahá'í: oraciones, lectura de Escritos relacionados con el carácter de la Convención, votación en silencio, el depositar los votos en la urna uno a uno, luego la consulta acerca de diferentes temas (y sugerencias que luego los delegados deben llevar a la Convención Nacional), resultado de las votaciones, y parte social.
Por otro lado, las diferencias entre las Convenciones en Barcelona/Girona, y la de aquí son no menos que entrañables: cantan en todo momento (mientras la gente va llegando a la convención, mientras recogen las sillas al final, etc. etc.), la gente que no sabe leer o escribir cuenta con ayuda a la hora de votar, habían unos 4 o 5 lápices que iban rotando, pues casi nadie venía con lápiz, todo lo que se decía o se comentaba durante la Convención contaba con traducción consecutiva (¡¡arriba, traductores!!) a/de uno de los idiomas locales africanos, el constante énfasis a que ambos sexos votan y pueden ser votados por igual...
Sin embargo, el espíritu que predominaba durante toda la mañana es el mismo que siempre me ha emocionado en cualquier convención. El silencio a la hora de votar y el respeto a la votación anónima, el amor que se respira durante las oraciones, el respeto y la libertad de expresión durante la consulta, y otros tantos elementos que hacen que, para mí, éste sea uno de los eventos del año más emotivos aunque el tema de las "elecciones" hoy en día no inspire más que frialdad y polémica.

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